Plataformas didácticas para la creación de actividad en la enseñanza de ELE. Talleres y Experiencias Didácticas de la Universidad de Salamanca
Plataformas didácticas para la creación de actividad en la enseñanza de ELE
Plataformas didácticas para la creación de actividad en la enseñanza de ELE
1. Introducción
Una de las primeras decisiones que debe tomar todo profesor que ha de enfrentarse a una clase de ELE es la siguiente: a) Usar un manual. b) Seleccionar material de los manuales y publicaciones de ELE que ofrece el mercado. c) Crear material. d) Conjugar las tres opciones anteriores. Pero, para poder llevar a cabo una de ellas o todas en su conjunto, debemos tener claros los siguientes contenidos:
1. Qué debe tener un buen manual. Cómo analizarlo.
2. Bibliografía sobre manuales y materiales que ofrece el mercado.
3. Qué modelos de prácticas y actividades tenemos para poder desarrollar recursos adecuados a nuestra clase de ELE.
En este trabajo reflexionaremos sobre este último punto1 con el fin de cubrir parte de los objetivos que debe plantearse un profesor de español:
a) Saber con qué tipos de ejercicios contamos para practicar una lengua e incluso para evaluar los conocimientos de una lengua.
b) Saber si un ejercicio que seleccionamos para tal cometido es bueno o malo, viable o no, fiable o no, discriminador o no; en definitiva qué características ha de tener un buen ejercicio.
c) Tener conocimientos para poder criticar los materiales para la enseñanza del español con los que nos podemos encontrar empleando argumentos técnicos.
1 Para conocer la versatilidad de un manual puede emplearse el esquema que se recoge en ALONSO, E. (1994): ¿Cómo ser profesor/a y querer seguir siéndolo?, Madrid, Edelsa, pp. 167-168, que se encuentra disponible para préstamo en el Centro de Recursos de la Consejería de Educación en Bruselas.
2. El público
La enseñanza y el aprendizaje de lenguas extranjeras es un campo complejo y apasionante, sujeto en las últimas décadas a multitud de nuevos enfoques y revisiones. La importancia de la motivación, el trabajo ameno, la atmósfera relajada, etc., son ya tópicos de la ciencia pedagógica, y la didáctica de lenguas extranjeras no es una excepción. Con todo, tampoco queremos caer en los extremos idílicos de clases en las que se aprende sin esfuerzo, en poco tiempo y con una diversión constante… Como se sabe, hay factores que el profesor no puede controlar: heterogeneidad de la clase, diferencias de nivel, voluntad de aprender, medios técnicos de apoyo a la enseñanza y un largo etcétera. Aun así, los profesores nos esforzamos para que nuestras clases sean rentables.
No cabe la menor duda de que el público al que va dirigido nuestro trabajo mediatiza, en cierto modo, el tipo de ejercicio, práctica o actividad que se presenta. Obviamente, no todas las actividades que podemos plantear en una clase de ELE son iguales porque tampoco son iguales los objetivos que persiguen nuestros estudiantes. A aquel que se va a preparar para un DELE no es recomendable darle el mismo tipo de ejercicios que a aquel que pretende aprender la lengua para comunicarse.
En los niveles iniciales, hay que partir de la base de que, de modo general, nos encontramos con un estudiante joven, incluso un niño, que se encuentra por primera vez con una lengua que no es la suya y que, muchas veces, no estudia por voluntad propia sino dentro de un currículo escolar.
El número de alumnos de este nivel es considerablemente más alto que el de los niveles superiores. A medida que el alumno va incrementado su competencia en la lengua que aprende, el número de abandonos se eleva, ya sea por la dificultad de la propia lengua, ya sea porque ha llegado a un nivel de dominio suficiente para una comunicación urgente, con lo cual su progreso se detiene drásticamente porque, en principio, ha alcanzado ese objetivo de comunicación.
Dadas las circunstancias, la tipología de ejercicios y actividades en estos niveles iniciales es más amplia, más variada y másmotivadora. Así, deberíamos encontrarnos en los manuales al uso, o deberíamos emplear en nuestras clases, actividades variadas, la mayoría de ellas con el apoyo fundamental o exclusivo de la imagen, una imagen Talleres y experiencias didácticas que facilita la comprensión del tema, del léxico, las funciones, la gramática, etc., que se está tratando y que da mucho juego en la elaboración de materiales o hace la clase más lúdica y amena.
En los niveles más altos, la tipología de ejercicios se basa fundamentalmente en la explotación de textos escritos y comprensiones auditivas, y en las posibilidades expresivas que pueden tener estos: discusiones acerca de los temas que aparecen, sus implicaciones, argumentos a favor y en contra… —no hay más que ver la metodología de manuales elaborados para este tipo de niveles como, por ejemplo, El ventilador (editorial Difusión, 2006)—.
Del nivel inicial al superior se observa, pues, una gradación en la utilización de uno u otro tipo de ejercicio, independientemente de aquellos manuales no comunicativos en los que se contemplan ejercicios exclusivamente gramaticales. Con este panorama por delante, obviamente simplificado, el profesor suele tener dos opciones: o bien opta por el papel de profesor-usuario que decide usar un manual del que no se sale para nada, o filtra los materiales que existen en el mercado y elige de ellos aquellas actividades que le parecen más rentables (es el profesor fotocopia, es decir, casi todos), o bien puede optar por la opción de profesor-creador, aquel que, partiendo de las diversas plataformas de actividades con las que puede contar, se decide a crear los materiales más adecuados para su clase. Se puede ser más o menos creador o más o menos usuario.
Lo normal es que todos seamos de todo un poco, aunque, de un modo u otro, difícilmente nos libraremos de las fotocopias a no ser que las editoriales ofrezcan libros abiertos que puedan ser adecuados a las necesidades concretas de cada docente. Esto es una realidad que no podemos ocultar.
3. Plataformas estructurales
El profesor-creador basa la elaboración de materiales en las plataformas. Una plataforma es un modelo de ejercicio o actividad, una base, un soporte, un formato donde volcar aquellos contenidos que desea practicar. Existen dos grandes grupos de plataformas: Por un lado, están las que llamaremos plataformas estructurales, que se emplean principalmente para la elaboración de ejercicios de léxico y gramática. Con ellas se desarrollan ejercicios tradicionales de práctica y evaluación. Son prácticas repetitivas basadas en el conductismo que tienen el peligro de convertir a los alumnos en hacedores de ejercicios, es decir, pueden saber hacer correctamente los ejercicios pero no saben qué es lo que están diciendo, saben que deben poner el infinitivo que está entre paréntesis en un tiempo de pasado, por ejemplo, hacen bien el ejercicio, pero no entienden el contenido de la frase.